domingo, 10 de enero de 2010

Amamantar y trabajar es posible


Hay madres que trabajan lejos de casa y a otras les es más fácil que les lleven el bebé al trabajo. Esta solución, que a veces no se tiene en cuenta, ha ayudado a muchas familias. En la mayoría de los casos es necesario extraerse la leche y la persona que queda al cuidado del bebé se la da en cuchara, vaso o biberón. Cuando la edad del niño lo permite, es más conveniente introducir alguna papilla, preparada también con la leche materna, si se quiere.


El apoyo que prestan compañeros de trabajo, la familia y la sociedad en general es fundamental para esa madre que ha tomado la decisión, a veces no entendida, de seguir dando el pecho.

La ley española reconoce algunos derechos a la madre. Hasta los 9 meses se puede disfrutar de una hora de permiso para dar el pecho. Se puede disponer de ella sin reducción de sueldo. Otra posibilidad para alargar la baja maternal es empalmar las vacaciones con la baja.

La reducción de jornada, con una proporcional reducción de sueldo, permite una vuelta más ralentizada al trabajo.

En algunos países se han llevado a cabo experiencias para hacer compatibles el trabajo de la madre y la necesidad de estar cerca de los hijos y de amamantarles. WABA, la Alianza Mundial de Acción por la Lactancia Materna, una organización apoyada por UNICEF, ha impulsado esta iniciativa, que implica a las madres, a los empresarios, gobiernos y ONGS.


En Los Ángeles, EEUU, la empresa de agua y electricidad tiene un servicio de apoyo y consulta sobre lactancia para sus empleadas. En Filipinas, las madres por turno, se ocupan de la guardería y amamantan a sus propios hijos y a los de otras madres.

Aunque la jornada parece agotadora, si la madre está convencida de que le da lo mejor a su hijo, el proceso no resulta tan pesado para ella. Al contrario, es posible que se sienta más gratificada. Es una forma de no romper el vínculo con su bebé y por otro lado, resulta una opción más económica.

Muchas madres quedan sorprendidas de cómo el bebé adapta su ritmo al horario laboral de la madre y la "espera" a que llegue para comer.

Las empresas han comprobado en muchos casos, que las mujeres trabajan más a gusto, rinden más y hay menos absentismo laboral si se les facilita seguir amamantando a sus hijos.